jueves, 10 de noviembre de 2011

SANTUARIO DE LAS LAJAS

SANTUARIO DE LAS LAJAS


El Santuario de Nuestra Señora de las Lajas es un templo y basilica para el culto católico y veneración de Nuestra Señra de las Lajas situado en Ipiales, sur de Clombia y es destino de peregrinación y turismo.





LAS LAJAS: al llegar al corregimiento de las Lajas, el río Guáitara tomo el nombre de Pastaran que es el que adorna el Santuario mas Bello de América, en honor a la Virgen de Nuestra Señora del Rosario de Las Lajas; que es visitado por millares de peregrinos en su fiesta del Quincenario durante el mes de septiembre al igual que en temporada de la Semana Santa. El santuario dista de Ipiales 7 kilómetros y universalmente es denominado como “Un milagro de Dios sobre el abismo”.

HISTORIA



En el siglo dieciocho, en Colombia, María Meneses de Quiñones, que descendía de caciques indígenas de Potosí, solía caminar la distancia de seis millas y un cuarto que separaban su villa de otra llamada Ipiales, ubicado en el Departamento de Nariño en los límites con la frontera del Ecuador.
Un día de 1754, cuando ella se acercaba al puente encima del río Guáitara, en un sitio de nombre Las Lajas (las piedras planas y lisas), se desató una terrible tormenta. Muy asustada, la pobre indígena, se refugió en una cueva al lado del camino. Sintiéndose angustiada y sola, comenzó a invocar a Nuestra Señora del Rosario, cuyo patrocinio se había hecho popular en la región gracias a los Dominicos.

Entonces, sintió que alguien le tocó la espalda y la llamó. Ella se volteó, pero no vio nada. Con gran miedo, huyó a Potosí. Días después, María regresó a Ipiales, llevando en la espalda a su hijita Rosa, que era sordomuda. Cuando llegaron a la cueva del Guáitara, ella se sentó a descansar sobre una piedra. No había terminado de acomodarse, cuando la niña se bajó de su espalda y comenzó a treparse en las piedras de la cueva, exclamando: "¡Mami! ¡Mami!, ¡Aquí hay una señora blanca con un niño en sus brazos!"

María estaba fuera de sí del espanto, pues era la primera vez que oía a su hija hablar. Y, más aún, no veía por ninguna parte las figuras que la niña describía. Muy nerviosa y con temor, colocó a la niña sobre su espalda y se fue para Ipiales. Allí les contó a parientes y amigos lo sucedido, pero nadie le creyó.

Una vez que María arregló sus asuntos en Ipiales, regresó a su casa en Potosí. Cuando llegó al sitio donde se hallaba la cueva, sin vacilar, pasó por el frente de la entrada, y entonces Rosa gritó: "¡Mami! ¡La señora blanca me está llamando!"

María no podía ver nada. Asustada en extremo, se apresuró a llevarse a la niña lejos de allí. Cuando llegó a casa, hizo el relato a sus amistades de lo que le había pasado. De esta manera, muy pronto la región entera supo del misterio de la cueva, la cual todos conocían, pues quedaba al pie de un camino muy transitado.



UBICACION GEOGRAFICA
                                   


Por su ubicación, en una zona de frontera, sobre el cañón del Guáitara, es un punto de encuentro, un cruce de caminos, de comercio y de conexión de diferentes personas y regiones que se aglutinan en torno al poder mágico sagrado de la Virgen del Rosario.


Histórica y geográficamente ha sido punto de conexión de las comunidades negras del Bajo Pacífico, de indígenas del Cauca, de gente de la selva y de peregrinos ecuatorianos de Riobamba, Quito, Otavalo, Ibarra y Tulcán.


Según la investigación, el vínculo con el país vecino es tan fuerte que algunos ecuatorianos afirman que la Virgen les pertenece. Dicen que alguna vez fue de ellos y los colombianos se la quitaron.


Sus devotos también la llaman cariñosamente 'La ojona' o 'La mestiza' y celebran durante los primeros 15 días de cada septiembre su aparición. La imagen fue vista por primera vez en 1754 en una laja o roca por la indígena María Mueses y su hija, Rosa.


El santuario también ha servido como mediador para solicitarle a la Virgen la liberación de los soldados que fueron secuestrados en la toma del cerro de Patascoy, en el mismo departamento.





Etapas del santuario

  • La primera etapa abarca la construcción de una choza de madera y paja, con una duración de 40 años.
  • La segunda, la construcción de una capilla con materiales de ladrillo y cal, con terminación en cúpula.

"El primero de enero de 1795 se comenzó a trabajar la piedra de cantería para la capilla de Nuestra Señora de las Lajas y en ese día se gastaron veinticinco pesos en socorrer los indios canteros que vinieron de la villa (Ibarra). Seguramente, a principios de 1796, se dio de lleno a la mencionada construcción y, de allí en adelante, siguió el curso de la obra con generosidad, diligencia y constancia, poniendo al servicio de ella los escasos ingresos que percibía la parroquia, el trabajo de las propias manos de los habitantes y la amplia cooperación de varios arquitectos ecuatorianos. Después de siete años de constantes esfuerzos, se construyó la capilla que contaba con 7 m. de largo por 6 m. de ancho"4

  • La tercera es el ensanchamiento del edificio en dirección suroccidente, con la intervención del arquitecto ecuatoriano Mariano Aulestia, edificación que duró más de un siglo causando admiración por su atrevida construcción. El escritor, y luego presidente de Colombia, Santiago Pérez Manosalva en su crónica titulada "Apuntes de un viaje por el sur de la Nueva Granada, en 1853"5 describe:

"Adelantando hacia el sur y descendiendo como por una espiral de piedra, de repente halla el viajero, en medio de peñascos y como labrada en el corazón de ellos, una capilla, cuya parte externa se asoma atrevida y graciosa­mente sobre el precipicio. Esta parte es de mampostería; el interior es todo formado por la roca misma, cortada en lajas, y en una de éstas se ve dibujada al óleo la ima­gen de la Virgen, a quien ha levantado la naturaleza y el hombre completado este altar en las entrañas de la peña. Las aguas corren cuarenta pies abajo; las murallas se destacan agrias y rocallosas; el bosque se tupe alrededor, y todos los contornos se presentan con silvestre majestad"

  • La cuarta es el proyecto de una plazoleta y puente de dos arcos.
  • La quinta, está relacionada con la edificación del actual santuario. Su construcción fue iniciada el 1 de enero de 1916 con la bendición de la primera piedra; la obra estuvo a cargo del ingeniero ecuatoriano J. Gualberto Pérez y del pastuso Lucindo Espinosa, y se terminó en agosto de 1949. Se calcula que su costo fue de 1.850.000 pesos de la época conseguidos gracias a los aportes de los numerosos y fieles devotos especialmente de Colombia y Ecuador.


Aspectos religiosos
La parroquia de Las Lajas hace parte de la Diócesis
El santuario está bajo el cuidado o administración, en lo doméstico y en lo pastoral, por las hermanas Franciscanas de María Inmaculada; y en lo eclesiástico y religioso es atendido por el capellán y sacerdotes adscritos a la parroquia de Nuestra Señora del Rosario de las Lajas, en la diócesis de Ipiales.
Los servicios religiosos se hacen siguiendo el rito liturgico catolico romano.
El peregrinaje de los devotos al santuario es permanente pero se incrementa en tres épocas del año: en septiembre cuando se celebran las fiestas patronales, sobre todo los días 15 y 16 de septiembre; el Jueves Santo cuando, los peregrinos, especialmente desde la ciudad de Pasto, o de Túquerres y pueblos cercanos, y del Ecuador, llegan a pie después de una travesía de más de 12 horas. También hay peregrinacón en diciembre y los primeros días de enero de cada año.








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